Día 4: Sintra | viajandofacil

Día 4: Sintra.

Sintra, ciudad de suntuosos palacios reales y hermosos parajes. Con esa descripción cogimos el tren hacia Sintra desde Rossio. Desde que vimos el Palacio da Pena por internet supimos que nuestro día fuera de Lisboa lo dedicaríamos a visitar esa maravilla. Además del palacio, nos atraían mucho el Castillo de los Moros, el Palacio Nacional y Quinta da Regaleira. Nuestra intención era visitar todos y cada uno de ellos.

Nada más bajar del tren de cercanías, nos acercamos a la parada de autobús turístico que nos subiría a la colina donde se encuentra el Palacio da Pena. El billete te daba derecho al viaje de ida y vuelta al pueblo.

En la taquilla compramos la entrada combinada para el palacio y el castillo que visitaríamos después. Así nos ahorrábamos unos eurillos. Cerca de la entrada un trenecito te subía colina arriba hasta la puerta del palacio por 2 € el trayecto por persona. Nos pareció un detalle un poco cutre, como saca-dineros. ¿No queda mejor subir 1€ la entrada y punto?
El palacio tiene una mezcla de colores y estilos que lo hace muy llamativo. Dentro hay varias exposiciones con objetos cotidianos de la época, pero nada reseñable. De los interiores lo que más nos gustó fue un salón que estaban restaurando durante nuestra visita. Era enorme, con muchos detalles en las paredes y muy luminoso.
Con el mapa que nos dieron al comprar la entrada, decidimos visitar los jardines aledaños. Nos desorientamos bastante, las indicaciones no están demasiado bien. Vimos carteles promocionando otro trenecito que por 2€ por persona te llevaban a los diferentes puntos de interés. Tanto intentar cobrar por todo me estaba pareciendo ya un robo a mano armada. Al final acabamos andando bastante rato y encontramos la Cruz Alta, el sitio más lejano al que podríamos llegar y al que no teníamos ninguna intención de ir. Perdimos bastante tiempo en nuestra travesía sin rumbo, pero las vistas no estaban mal.

Nuestra visita posterior al castillo de los Moros coincidió con la semana temática de Marruecos por lo que el restaurante buffet tenía especialidades típicas de allí y el patio del castillo estaba lleno de puestos de venta con artículos de estética marroquí. Le daba ambientación al castillo. Nosotros subimos por la muralla para disfrutar de las vistas de la ciudad de Sintra y del Palacio da Pena.

Hacía bastante calor e intentamos buscar sombra para descansar mientras surcábamos la muralla por la parte alta. El hambre ya había empezado a hacer acto de presencia así que fuimos a coger el autobús de vuelta a la parada que había al lado de la entrada al castillo. Comimos en un Pizza Hut, cerca de la estación y desansamos un poco mientras nos comíamos un pastelito de Belem en una cafetería de al lado.

Decidimos que lo siguiente que veríamos sería Quinta da Regaleira. En internet leímos muy buenas opiniones y nos lo habían recomendado personalmente. Y no podemos estar más de acuerdo. Fue, sin lugar a dudas, lo que más nos gustó de Sintra. Cogimos billetes para otro autobús (este por lo menos más barato) que nos llevaría hasta allí. Tuvimos la suerte de conseguir la entrada a precio reducido gracias al carné joven :-).

La finca está compuesta por el palacio y los jardines que lo rodean. Tiene un aire místico y mágico, pasadizos subterráneos, torres, fuentes que esconden caminos ocultos... Nos gustó muchísimo recorrer todos y cada uno de sus rincones. Lo pasacmos genial.
El palacio también nos pareció precioso. En los pisos superiores incluso había una exposición de planos sobre la construcción del edificio.

Volvimos a la parada de autobús para coger el de vuelta y coger ya el tren hacia Lisboa, Nuestra intención era bajar en el Palacio Nacional para, por lo menos, verlo y hacerle fotos desde fuera. Pero estábamos cansadísimos y lo dejamos pendiente para nuestra siguiente visita.

Ya solo nos quedaba un día en Lisboa.